La fiesta es un espacio en que rompemos con el tiempo cotidiano para vivir de una forma diferente, se busca salirnos de la rutina y se apela a "estar de fiesta", una necesidad que a veces recurre al desenfreno e la evasión porque quizás nuestra vida diaria no es la que queremos. ¿Es posible hacer algo para que vivamos mejor?¿es posible que la vida sea una fiesta?
Estamos en Setiembre y en esta hermosa tierra
mediterránea es un tiempo especial para todos porque son las fiestas, las
fiestas de cada pueblo, donde a lo largo de varios días se suceden diversas
actividades que sirven de festejos. Las fiestas tienen una gran participación y
son espacios de encuentro de familias y también
intergeneracionales. Es un tiempo especial porque interrumpimos lo cotidiano
para “hacer algo extraordinario”. Para vivir unos días diferentes, más plenos y
significativos que el diario transcurrir.
Qué sentido tiene La Fiesta, por una parte
del sentido tradicional de los acontecimientos que dieron origen, identidad e
historia a este pueblo insigne de Salem; pero por otra parte hay sentido personal de fiesta , el que cada uno le
damos y participamos en la fiesta porque necesitamos celebrar la Vida. Pero, qué celebramos, qué hay en nuestra vida
para celebrar si a veces parece que nadamos contra corriente, que cada año las
cosas están peor, si las pérdidas y los fracasos son lo cotidiano y más común
de la vida. Parece contradictorio.
Se cree que disfrutar de la vida es solo
pasarlo bien divertirse y saturar los sentidos de aquello que es placentero, un
momento de evasión ante la dura realidad del día a día. Todos ponemos nuestra
mejor cara ante los demás en estos días, pero realmente creemos que nuestra
vida y la Vida con mayúsculas vale la pena celebrarla.
Estas líneas te proponen un desafío, qué hay
en tu vida par celebrar, podemos pasarlo en grande unos días pero después nos sumergiremos
en la mediocridad cotidiana, o muy por el contrario, retomaremos llenos de
gratitud una vida que merece la pena vivirse y celebrarse, ¿puede ser mi vida
cada día una fiesta? Disfrutar la vida es tener calidad, es llenarla de momentos
plenos de felicidad y amor compartidos con los demás.
Pero la mayoría de la gente ha renunciado a la
felicidad y al amor, por falta de contenido, y ese, a mi entender es un gran
error. Las personas estamos en esta vida para ser feliz y esa felicidad es
plena en el amor que es una relación beneficiosa con las otras personas que
forman nuestro mundo. Sin embargo hacemos lo contrario, a veces parece que nos dedicamos
a hacernos más complicadas la vida unos a otros.
Y esto se convierte en costumbre y no porque sea muy generalizado es la verdadera razón de la vida, en lugar de
que hacer para que los demás no nos fastidien la vida, la pregunta es qué hacer
para que mi vida sea para los demás un motivo de felicidad y plenitud. Y esta
pregunta nos remite a la esencial qué hago con mi vida, ¿“soy el capitán de mi
alma”?
Si te
planteas que tu principal tarea es ser feliz y hacer feliz a la gente que te
rodea la vida cambia porque tú cambias, porque tu perspectiva cambia.
Cualquier otra perspectiva es errónea ya que
nos desconecta de lo esencial de nuestro ser persona esencialmente. Nuestros
jóvenes y niños están creciendo y educándose sin este conocimiento que solo
pueden trasmitirles sus padres, “ hijo mío, hija mía tu principal destino y
finalidad en esta vida es ser feliz y hacer felices a todos los que puedas a
través del amor que es una fuente inagotable que hay en ti”. (Este es el
principal compromiso de la vida y por eso merece celebrarse). En mi tarea
educativa encuentro niños y adolescentes agobiados por las exigencias de sus
padres que les imponen necesidades de sobresalir y competir, de superarse a
cualquier precio, consiguiendo al final que no quieran saber nada ni del
estudio ni del trabajo.
Sin embargo tu tengas la edad que tengas
puedes al menos mejorar tu vida, tu felicidad tu calidad de vida a partir de ti
mismo, no hay recetas, pero está en tu decisión.
1.
Cambia tus creencias, las creencias son convicciones
de la mente y que están arraigadas como verdades absolutas que nos hacen
funcionar en piloto automático. Por ejemplo, “no he tenido suerte en la vida” no
te muestres débil porque te comerán vivo, “nadie da nada a cambio de nada”
Verdad que son frases frecuentes en nuestras conversaciones, estas creencias
nos llevan a actuar en consecuencia y no nos hemos puesto a pensar si son tan
absolutas como las consideramos. No resistirían una confrontación con la
realidad, pero nos hacen producir un mundo mezquino a nuestro alrededor.
Cambiar una creencia significa quitarnos un prejuicio y dar una oportunidad a
lo nuevo, a lo diferente y también a nosotros mismos. Una persona que tiene la creencia
que “no puede…” nunca se atreverá a intentarlo y no sabrá que realmente si
podía, está vencido antes de empezar una empresa. Las creencias muchas veces
tiene que ver con lo que los demás han dicho de nosotros, un juicio que nos
hemos creído y lo hemos asimilado. Si te atreves a revisar tus creencias y a
cuestionarlas, puedes liberarte de una carga de negatividad que te abrirá
nuevas oportunidades.
2.
Toma conciencia.- si logras cuestionar esas
creencias que te han atado y dejado arrinconado, descubrirás que eres más consciente
de ti misma, de lo que quieres, de tus necesidades, y lo más importante, de tu
valor como persona y de lo que aún puedes conseguir. Por ejemplo tomar conciencia de nuestro
potencial significa seguir cultivándonos, seguir aprendiendo, reconocer que no
sabemos pero que podemos aprender aunque tengamos cien años, cultivate date tu
espacio, no te creas todo lo que “se dice” o “lo dicen en la tele”, reconoce
que hay un mundo de descubrimientos que pueddes hacer si te decides a buscar;
no todo lo que se dice que necesitas es cierto, no todo lo que no tienes es
necesario que llegues a tener, descubrirás que hay vida que no depende de cosas
materiales, que hay forma diferente de relacionarte con tus seres queridos y
amigos, que hay personas y cosas en tu vida que haya llegado el momento de
dejar, atrévete a tomar conciencia de qui{en eres realmente.
3.
Haz algo diferente.- Si cambias creencias limitantes y tomas
conciencia de tu ser, descubrirás que tu
vida necesita cambios, mas aunque la vida es cambio constante, no un cambio veleidoso
ni vacío sino que vivir es abrirse constantemente a nuevas experiencias que te
enriquecen como persona y te transforman. Por tanto rompe con la rutina y con
la inercia, habla con otra gente, busca información, lee mas, la lectura abre
mucho la mente, busca cosas alternativas, experiméntate en nuevos escenarios,
en el bar y en la cuadrilla ya te tienen muy visto, y te han etiquetado. Desarrolla
tu creatividad, no seas el/la imitador/a de nadie.
4.
No te compares con los demás.-, una de las practicas más
dañinas que se han instalado en nuestra sociedad es la de valorarse a partir de
las escalas de los demás, nos importa demasiado el qué dirán, pasamos la vida
complaciendo a los demás para que nos acepten, nos dejamos manipular por un
poco de afecto. Es verdad que todos necesitamos afecto, amor, pero somos
mendigos y dependientes de los demás si no aprendemos a querernos a nosotros
mismos. Frecuentemente se escuchan este tipo de comparaciones., “en mi familia todos son profesionales”, “mis
amigas ya se han casado”, “la gente siempre busca estabilidad en la familia”.
Eres un ser diferente con tus propias cualidades y limitaciones, con un
potencial de grandeza, con una historia, no permitas que el juicio mezquino de
los demás te limite, no hagas nada solo por quedar bien, hazlo porque te nace, porque
quieres hacerlo, rompe el molde y la etiqueta con la que los demás necesitan
domesticarte, no tengas miedo a ser diferente, esa es tu riqueza.
Artículo publicado en el Libro de Fiestas de Salem 2016, con algunas modificaciones.
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