SE ESTÁN CELEBRANDO LOS JUEGOS "PARA" OLIMPICOS. creo que por fin alguna televisión, por lo menos, le esta dando la importancia que merece. En estos juegos los records están en cada historia de superación, que suele ser un canto a la vida, ya que dar el paso vital de sobreponerse a la adversidad y dar la cara requiere un gran conocimiento y aceptación personal.
Pero uno de los planteamientos que hoy están en debate es el limite entre la discapacidad y normalidad o tambien hoy llamada conevencionalidad. Incluso hay un emblematico corredor velocista que ha participado tambien en las Olimpiadas "oficiales". ¿dónde está el limite? ¿quién puede ponerlo? ¿es valido para todos?
Pero esta pregunta es más sugerentesi nos la dirigimos a nosotros mismos, en nuestra vida, a nuestra experiencia personal. Sencillamente nos sirve de ejemplo lo que sucede con nuestra capacidad visual, que con los años se va perdiendo, nuestra poptencia física,. Seguramente si nos comparamos con quienes están en pleno desarrollo podríamos considerarnos limitados en nuestras capacidades.
Por tanto deseo e intento mirar la discapacidad, la limitación, como si me mirase a mi mismo, mi propia realidad, mi propia adversidad. Mirarla con cariño, con realismo, y a la vez, con aceptación, con esperanza de futuro, con generosidad.
No es fácil, la cosmovisión que nos propone y a veces nos impone la globalización no presenta una figura humana ideal, perfecta, joven y apuesta, fuerte e indestructible, nada tan alejado de nuestra realidad perecedera. que mal educados hemos sido.
Pero uno de los planteamientos que hoy están en debate es el limite entre la discapacidad y normalidad o tambien hoy llamada conevencionalidad. Incluso hay un emblematico corredor velocista que ha participado tambien en las Olimpiadas "oficiales". ¿dónde está el limite? ¿quién puede ponerlo? ¿es valido para todos?
Pero esta pregunta es más sugerentesi nos la dirigimos a nosotros mismos, en nuestra vida, a nuestra experiencia personal. Sencillamente nos sirve de ejemplo lo que sucede con nuestra capacidad visual, que con los años se va perdiendo, nuestra poptencia física,. Seguramente si nos comparamos con quienes están en pleno desarrollo podríamos considerarnos limitados en nuestras capacidades.
Por tanto deseo e intento mirar la discapacidad, la limitación, como si me mirase a mi mismo, mi propia realidad, mi propia adversidad. Mirarla con cariño, con realismo, y a la vez, con aceptación, con esperanza de futuro, con generosidad.
No es fácil, la cosmovisión que nos propone y a veces nos impone la globalización no presenta una figura humana ideal, perfecta, joven y apuesta, fuerte e indestructible, nada tan alejado de nuestra realidad perecedera. que mal educados hemos sido.
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