Al terminar un curso de seis horas (cuatro horas y media para mi) todos nos quedamos con el deseo de más, tanto porque no ha dado tiempo a profundizar en algunos temas importantes, como tambien por poder experimentar conocimientos más profundos que sólo pueden hacerse trabajando en grupo.
Quiero rescatar especialmente la posibilidad de aprovechar estos espacios para crecer. Lo que que podido comprobar en esta intensa experiencia pedagógica es que os asombráis de vuestras vivencias. Creo que es un aporte importante a vuestro crecimiento personal el descubrir aspectos de vuestra afectividad que teniáis olvidados, o de los que no eráis plenamente conscientes. En medio de tanto consumo de cursillos de todo tipo, esta experiencia quiere aportar el conocimiento propio y experiencial, es decir, aquello que se vive con el corazón, es un aprendizaje propio que se puede ir haciendo vida.
Os deseo que hagais vida los mensajes importantes que habéis recibido en estas horas que pasamos juntos.
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